La armonía del color en habitaciones matrimoniales es importante para que mantengas encendida la llama de la pasión, el poder de la comprensión, una mejor comunicación y lograr un matrimonio que vaya por el sendero de la luz y el amor.

• Una buena habitación matrimonial debe ser un espacio acogedor, moldeado a gusto de la pareja y donde se respire tranquilidad y confort. Por eso, más allá de ver qué color es el perfecto, es importante la comodidad y que este espacio refleje lo que cada uno de los esposos representa en esta unión.
• Los colores que debes evitar a toda costa son el negro, el azul y el verde. No van muy bien ni en los elementos del cuarto, ni tampoco en las paredes.
• La habitación matrimonial debe tener un ambiente cálido, no puede ser un ambiente con iluminación blanca porque eso no va a llevar ni al romance ni al recogimiento.
• Es muy recomendable que los tendidos (sábanas, cobijas, cubre lechos) de la cama sean de color amarillo, rojo o en general colores cálidos. Si no te gustan esos colores, podrías moverte con colores inclinados a la gama oscura del fuego, como el taupé, el café o el beige. Si en las sábanas no van los colores fuego, estos podrían ir por ejemplo en los cojines: los de color amarillo, rojo, purpura y granate son excelentes opciones para darle toques de poder, típicos del elemento fuego.
• Son ideales las fotos en pareja y sobre el testero de la cama algún cuadro que represente la relación de pareja o el tipo de relación que quieres llevar.

• Evita imágenes religiosas o de familiares ya fallecidos que pueden cortar con el romanticismo en la habitación.
• Sobra decir que más allá de los elementos en una habitación, este debe ser un espacio para la sana comunicación y el amor. Las discusiones fuertes no deben darse en este tipo de espacios y el orden y la buena higiene deben invitar al recogimiento, la pasión y a los momentos especiales.